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EDUARDO RINCÓN,                                                                                                Berenice Gonzalez

y la alquimia del arte..

 

Históricamente la ciencia y el arte han germinado al unísono. Y es exactamente en la semilla de origen de esta materia complementaria donde se sitúa el trabajo de Eduardo Rincón. Biólogo de profesión, Eduardo comenzó a dibujar las caprichosas formas de la naturaleza, para poco a poco entrar en un mundo en donde ciencia, arte y naturaleza forman un equipo indisoluble. Hace tres años, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de Eduardo, quien dibujaba semillas y frutos, como a la espera de su germinación y desarrollo. Hoy, estas semillas han nacido en numerosos e interesantes proyectos que platica en entrevista para Casa Lamm.

 

“De alguna forma yo buscaba dividir muy claramente mi labor de biólogo con la de artes plásticas, pero eran dos mundos muy difíciles de distanciar, así que decidí fusionar las dos cosas", señala Eduardo Rincón, quien dice haber encontrado en la alquimia el punto determinante para unir la biología con el arte, pues en ambas existe un misterio que no se puede descifrar, pero que, según él, es la mejor guía para vivir.

 

“En la casa trabajo con plantas. Estoy rodeado de extractos, tinturas, elíxires…entonces, mientras más me metía en el mundo de la alquimia o la preparación de los medicamentos, más me impregnaba de eso. Los cuadros ahora los pinto básicamente con los lodos que salen de los extractos de las tinturas de las plantas medicinales”. Hace exactamente una año organizó una de sus exposiciones más importantes y definitorias en el exconvento de Tepoztlán. Esta exposición era una instalación que tenía que ver con la germinación de 300,000 amates en uno de los salones de este exconvento del siglo XVI. Aquí se presentaron 7,000 cajitas de petri con semillas sembradas de los árboles de amate y también se presentaron 7,000 hojas de amate cosidas con punto de cruz y colgadas en el techo, esta exposición fue para mi una experiencia muy liberadora comenta Rincón, quien durante este año sembró 3,000 árboles en el campo, mientras que otros miles esperan en su casa.

 

En una exposición reciente Rincón utilizó cajas que guardaban fragmentos de textos filosóficos (textos sagrados del Tibet), así como diferentes semillas y frutos zurcidos o pegados. “Esto tenía mucho que ver con la parte del ritual y de los mensajes que trae consigo el proceso de la germinación, un tema fundamental en muchos de mis proyectos”.

Eduardo señala que algo que está vinculado con el sentido de los textos, es que se hace referencia los mantras, y la  energía que se libera en la germinación es fortísima: “Yo siento que en cada semilla está guardado un mensaje que se descifra o se puede leer cuando esa semilla logra germinar.

 

Su siguiente exposición fue una colectiva en Nueva York a la que se llevó siete especies del amate con las que creo una instalación. “Creo que a raíz de esta exposición que hice en septiembre me di cuenta que estaba llegando en un terreno al que no había entrado antes. Me percaté que podía tener un alcance más allá del que ofrece el mundo del arte. Hoy en día hay algunas instituciones interesadas en abordar el rescate ecológico y la tradición de la hechura del papel, por lo que ya se volvió un proyecto de conservación de la especie, lo cual me da muchísimo gusto.

 

“Con todos estos proyectos han surgido varias cosas. Invité a un grupo de arte y naturaleza canadiense que se llama Boreal para trabajar en la selva Lacandona en febrero. Es un proyecto muy interesante que se llama la Semilla Azul, en el que participaron seis artistas canadienses para unirse a seis artistas mexicanos y trabajar en la selva Lacandona. Se trata de ser artistas testigos del bosque tropical y su problemática. Esta expedición se llevó acabo en febrero del 2002. Así, Eduardo Rincón, concluye diciendo que este proyecto y el del amate son las cosas que le han dado más impulso y guiado su camino que es el de impulsar proyectos de ciencia y conservación con arte, así como estas expediciones de arte y naturaleza en áreas naturales en peligro de extinción. “Estos son proyectos que verdaderamente mueven mi interés…si lo hago con pintura, con dibujo, con música o con objetos, ya no es el tema fundamental para mí, sino impulsar esta idea de ciencia, arte y naturaleza como una sola. Ahora cuando me preguntan cuál es mi trabajo simplemente digo que trabajo con plantas, aunque a veces realmente siento que son las plantas las que trabajan conmigo”.