La naturaleza viviente en el arte de Anima Vegetalis.                                          Ana María Jaramillo 2000

El trabajo reciente de Eduardo Rincón.

 

No se requiere de un diccionario de etimologías para intuir lo que encierra en espíritu el título del trabajo de Anima Vegetalis . En efecto, la carrera pictórica de Eduardo Rincón (Cuernavaca, 1964) está entreverada desde su inicio a su otra vertiente fundamental, la de la investigación formal. Se recibió como biólogo en la UNAM pero muy pronto encontró el modo de combinar las indagaciones ecológicas en la selva con el dibujo naturalísta. En 1992, año de su primera exposición individual en la galería Sloane-Racotta, deja la biología tradicional para dedicarse de lleno al estudio de la naturaleza a través del trabajo plástico.

Tras años de consistente desarrollo de su labor, Anima Vegetalis, que además de dibujo y pintura, incluye tanto objetos y escultura como plantas y semillas en germinación, es claro resultado de la confluencia viva de dos disciplinas, dos verdaderas pasiones vitales de Rincón.

 

Eduardo Rincón ha sido becario del Fonca y ganador del encuentro nacional de arte joven. Este año recibe apoyo del Fonca para una exposición a llevarse acabo en el museo del exconvento de Tepoztlán, Morelos. También este año fue invitado por el Boreál Art/Nature center de Quebec Canada a participar en un proyecto en el bosque Lauretiene.